miércoles, 28 de octubre de 2009

<····(Clicar play para escuchar la canción)
Hoy día 28 de Octubre íbamos a celebrarte un nuevo cumpleaños, como siempre lo hacíamos, pero lamentablemente, una cruel enfermedad transformó el festejo en una congoja por tu precipitado viaje sin retorno terrenal.
Durante nuestro feliz matrimonio fuiste la esposa ideal, por lo que tengo que agradecerte tan larga compañía con entrega total al hogar, tu sabiduría, tu comportamiento en familia y tu actuación decidida y acertada.
Solo me queda el consuelo de que estás descansando de los insoportables dolores que padeciste últimamente y que estás en el reino de nuestro Señor, como te lo mereciste. No te olvidaré nunca y siempre estaré rezando por ti, y para que algún día me lleves a tu lado.
Te dedico los versos de una canción que escuchábamos juntos en nuestra juventud, que reflejan mis sentimientos sinceros y auténticos.

“Sufro al pensar que el destino logró separarnos

guardo tan bellos recuerdos que no olvidaré

sueños que juntos forjaron tu alma y la mía

en mis horas de dicha infinita

que añoro en mi canto que no han de volver.

Hoy en mi vida tan sólo quedó tu recuerdo

siento en mis labios tus besos que saben a miel

tu cabellera sedosa acaricio en mis sueños

y me estrechan tus brazos amantes al arrullo suave

del amor de ayer.

Mi corazón en tinieblas te busca con ansias

rezo tu nombre pidiendo que vuelvas a mí.

Porque sin ti, ya ni el sol ilumina mis días

y al llegar la aurora me encuentro llorando mis noches sin ti”.